domingo, 14 de marzo de 2010

El colgado, los ancianos y los turistas de la Sagrada Familia

Cerca de la biblioteca está la Sagrada Familia, abarrotada de turistas de todo tipo y color. Japoneses con sus sofisticadas cámaras y trípodes; nórdicos en pantalón corto y mangas de camiseta, aún cuando la temperatura ambiental no es la más idónea para ir con semejante vestimenta; por no mencionar los colorados alemanes, altos y corpulentos, o los ancianos que van en tropel al asalto de monumentos de turno, curioseando nerviosamente todo lo que encuentran y hablando a gritos.

Un día al pasar por delante de la Sagrada Familia de la mano de un niño y ante tan fenómena y variopinta concurrencia, un joven decidió descolgarse con una pancarta reivindicativa de una de las grúas del monumento de Gaudí.

Un alboroto sin igual se despertó entre el respetable.

Una anciana que grita: "Ozú! Que espanto, qué vertigo". 

Otra le responde: ¿Qué dice? No a qué...¡Virgen del amor hermoso!

Eustaquio, uno de los ancianos del grupo de la tercera edad, que no quiere perderse la comida pactada en la excursión organizada, grita: "Ay madre, que el "chalao" éste nos va a hacer ir malamente". Al tiempo que mira a un alemán de metro noventa y le pide que llame a la policía, a los bomberos y a los GEOS si hace falta. Todo para no perder su ágape.

Los extranjeros que no dejan de sonreír y de asombrarse ante tamaño espectáculo, el de arriba y el de abajo y que además no entienden una palabra, alternan la vista entre el joven colgado en las alturas y los ancianos que se hacen oír a 200 metros a la redonda.

Llega la policía, ambulancias y demás servicios de socorro y rescate; unos para detener al joven aventurero y los otros para sumarse al grupo de curiosos y al circo que se ha montado. Al rato, el joven desiste de su actitud y es conducido a comisaría.

Elduvigis, otra de las ancianas que de tanto mirar hacia arriba, comienza a padecer de cervicales y gimotea: "Ay Dios mío, que se me va la cabeza, que se me va". Los operarios de la ambulancia acuden prestos a socorrerla y al vuelo la cogen y la tienden en una camilla que vuela hacia la ambulancia y en un santiamén en el hospital están Elduvigis, Eustaquio y el resto de ancianos. "Ya está bien por hoy-dice Filomeno resignado, uno de los ancianos del grupo- ya está bien".

1 comentario:

  1. Ieeep! Ja ets part del meu selecte "blogroll", o col·lecció de blogs a la meva web!
    Prometo passar-me sovint!
    De moment aquests contes de llibres m'han deixat una mica fred, peró segur que la cosa millora! See ya!

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